A pesar de su gran popularidad y de la gran cantidad de modelos y marcas (o precisamente por ello), es difícil encontrar a una persona que haya comprado la mochila que quería y buscaba de acuerdo a sus necesidades. Estos son algunos lineamientos que ayudan a discernir lo más importante de una mochila.
El desarrollo de una mochila eficaz, exige profundos conocimientos de los principios de biomecánica y ergonomía, así como intensas pruebas sobre el terreno para comprobar el resultado.
El sistema de porteo ideal requiere repartir bien la carga y evitar la presión de ésta sobre nervios, vasos sanguíneos, músculos y huesos. De este modo obtenemos comodidad y al limitar el movimiento de la carga, mejoramos nuestra estabilidad y aprovechamiento de la energía.
Existen diversos materiales que se utilizan para la confección de una mochila, aunque el más utilizado, debido a su ligereza y resistencia a la abrasión, es la Cordura®. El Kevlar© es mucho más resistente, pero al ser mucho más caro se utiliza en muy poca proporción.
Los bolsillos laterales aumentan la capacidad de carga, aunque, por contra, desestabilizan la marcha y dificultan el paso por lugares estrechos. Algunos modelos disponen de bolsillos accesorios que pueden adaptarse a las cintas porta-esquís.
Dependiendo del uso que le demos a la mochila, podremos clasificar las en distintos grupos:
Mochilas de gran carga. Capacidad de 70 a 85 litros
Mochilas de excursión o fin de semana. Capacidad de 45 a 70 litros. Serán las utilizadas normalmente para salidas donde se pernocte.
Mochilas de ataque una jornada. Capacidad de 30 a 45 litros.
Mochilas de escalada. Pequeñas y muy técnicas.
Mochilas Lady. Aunque cualquier mochila puede resultar satisfactoria para una mujer, las de este grupo están adaptadas explícitamente a las morfologías femeninas.
Espaldas más cortas, caderas más anchas y pecho más expuestos son las principales diferencias en relación a anatomías masculinas.
Mochilas estancas. Un grupo de mochilas de reciente aparición. Son totalmente estancas al agua y sumergibles, disponiendo a la vez de las mejores regulaciones. Ideadas para descenso de barrancos, rafting, travesías en nieve o con mucha lluvia, etc.
La capacidad de carga de una mochila (volumen) se calcula en litros. Para ello basta con aplicar la siguiente fórmula, tomando las medidas en centímetros:
3,1416 x r² x h = cm³;cm³ / 1000 = dm³ o Litros
También hay que tener en cuenta que los bolsillos añaden volumen a la mochila, así que debería aplicarse la fórmula a éstos y sumar el resultado al volumen de la mochila.
Partes de una Mochila
- Ajuste de la altura de la tapa. Incorporado en algunos modelos, es otra forma de adaptar las distintas solicitudes de carga a la que sometamos la mochila.
- Asa de izado. Con ella manejaremos más fácilmente la mochila cuando no la tengamos cargada sobre nuestras espaldas.
- Tirantes superiores de los hombros o estabilizadores. Permiten adaptar la forma de la mochila a la espada del usuario en función del peso de la carga.
- Hombreras anatómicas. Se adaptarán a la forma espalda-hombro-tórax, reduciendo el apoyo indirecto de las hombreras sobre el cuello. Los modelos diseñados para mujeres están pensados para liberar la carga de encima de los pechos. Mejoran cuando son anchas y acolchadas.
- Espalda acolchada. Primordial cuando se transporta mucho peso o cargas con aristas que puedan clavarse en la espalda.
- Ajuste pectoral. Mantiene las hombreras en su lugar correspondiente, mejorando la estabilidad general.
- Tensores de hombreras. Ajustan las hombreras desde su base a distintas capacidades torácicas.
- Cinturón acolchado y anatómico. Reduce la presión ejercida sobre las caderas por el peso de la mochila a través del cinturón.
- Ajuste de cintura. Este cinturón evitará que la mochila salte al andar.
- Ceñidores de balanceo del cinturón. Reducen el balanceo lateral, sobretodo cuando la mochila es alta.
- Acolchado lumbar. Mejora la comodidad del lugar donde va a recaer el mayor peso del conjunto.
- Cuelgadedos. Al colgar el dedo pulgar de ellos mantendremos las manos a la altura del corazón y evitaremos que se hinchen con motivo de llevarlas bajas.
- Ajuste de altura. Adapta la mochila a las distintas alturas de las espaldas de los usuarios.
- Cintas de compresión y porta-esquís. Las mismas cintas realizan ambas funciones. Si la mochila viaja medio vacía pueden tensarse y evitar así movimiento de la carga y el consiguiente balanceo.
- Cruceta anatómica. El inicio de las hombreras está diseñado para repartir la carga directamente al centro de las clavículas, liberando el cuello y apoyando entre los homóplatos.
- Bolsillo en la tapa. Para tener a mano los pequeños accesorios que utilizaremos continuamente.
- Portamaterial. Permitirán cargar material en el exterior de la mochila de una forma segura (aislante, crampones, etc.).